MIGUEL ÁNGEL CARPIO MORENO
Las mujeres con incontinencia urinaria tienen más riesgo de
padecer problemas depresivos. Europapress.es [en línea]; 2012 [fecha de acceso:
1/12/2012]. URL disponible en:
He escogido este artículo por la importancia en la relación
que creen haber encontrado los investigadores entre la IU y el padecimiento de
problemas depresivos, ya que estamos ante una situación muy frecuente en
mujeres y que, por lo que se vé, puede desencadenar en trastornos más severos
del ámbito psiquiátrico, suponiendo, por ello, un problema mayor, si cabe,
añadido a la ya difícil situación por la que pasan estas personas, y en
concreto las mujeres.
Las mujeres con incontinencia
urinaria tienen más riesgo de padecer problemas depresivos
Las
mujeres con incontinencia urinaria tienen más riesgo de padecer problemas
depresivos, según ha explicado la jefa de la Unidad de Uroginecología del
Instituto de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínic de Barcelona, la
doctora Montserrat Espuña, a tenor de diversos estudios nacionales.
Con motivo de la celebración este viernes de la 'Jornada sobre Salud Femenina'
que ha organizado American
Medical System (AMS) en Madrid, la experta señala a Europa Press
que "se relaciona la incontinencia urinaria con las mujeres que
están con tratamientos antidepresivos". Sin embargo, expone que "aún
no se sabe" cuál es la causa y cuál la consecuencia.
Lo
que sí deja claro Espuña es que este problema, que afecta a una media del 15
por ciento de las mujeres en España en algún momento de su
vida, para un total de cinco millones, es que "tanto en las
jóvenes como en las mayores lo que provoca es una alteración de la calidad de
vida importante". En concreto, supone una limitación en actividades
como "hacer ejercicio, tener relaciones sexuales o pasear".
Al
condicionar "muchas esferas de la vida", las afectadas
tienden a"protegerse o a vestirse de una manera determinada",
algo que hacen porque "tienen miedo a que los demás lo noten".
A su juicio, esta problemática "les crea inseguridad y les afecta
a la autoestima".
AFECTA CUATRO VECES MÁS A ELLAS QUE A ELLOS
La
incontinencia urinaria es más padecida por las mujeres que por los hombres, ya
que tienen una proporción de cuatro a uno. Además, a medida que avanza la edad
la probabilidad de tener este problema es más alta, y es que, a partir de los
35 años, un 25 por ciento de ellas la sufren.
Pero el problema, desde que se cumplen los 60 años de edad, "se va
igualando más" en los dos géneros", sostiene Espuña. De
hecho, en los geriátricos, dónde los residentes suelen tener más de 80 años, la
mitad de los hombres y las mujeres tiene dificultades con este tema.
Este problema de salud tiene dos formas de enfermedad, la incontinencia
urinaria de esfuerzo y la de urgencia. La primera "es la más
frecuente en mujeres jóvenes y de mediana edad" y se produce
porque los mecanismos que cierran la uretra están afectados por circunstancias
diversas, subraya la experta.
La
causa más habitual es el parto, aunque existen otras como "ser deportista
de élite y tener que realizar muchos ejercicios de saltos; la obesidad; los
traumatismos sobre esa zona; las intervenciones quirúrgicas por otros motivos o
el propio avance de la edad", indica. Además, también hay una
predisposición familiar, ya que "hay estudios que afirman que las hijas de
madres con incontinencia tienen tres veces más probabilidades de tener esta
enfermedad que el resto de mujeres", señala.
LOS DAÑOS NEUROLÓGICOS PUEDEN DERIVAR EN ESTA ENFERMEDAD
Por otro lado,
la incontinencia urinaria de urgencia se produce porque el control neurológico
que hace falta para controlar la micción está dañado. Así, afirma que para
realizar ésta de manera correcta "hace falta un perfecto control
neurológico y un equilibrio entre el sistema nervioso autónomo y el sistema
nervioso somático o voluntario".
A
juicio de Espuña, pueden sufrir este tipo de incontinencia "las
personas que tienen dañada la columna o las enfermas de Parkinson y de esclerosis
múltiple". Además, expone que existe un grupo de mujeres que padecen
esta enfermedad sin una causa neurológica identificada, "son las
que sufren vejiga hiperactiva idiopática", apunta.
En
cuanto al tratamiento, es diferente para ambas ramas de esta patología. En las
que sufren incontinencia de esfuerzo, lo indicado son "ejercicios
del suelo pélvico y fisioterapia cuando es leve, y cirugía cuando lo anterior
no funciona", manifiesta.
Los tratamientos quirúrgicos "han mejorado mucho" al
colocarse ahora pequeñas bandas de malla debajo de la uretra "para
darle un soporte y que funcione mejor". Por su parte, en la de
urgencia, la terapia es a base de modificaciones de conducta y administración
de fármacos anticolinérgicos, que"son los que frenan esta actividad
anormal de la vejiga y los únicos que existen en el mercado con evidencia
suficiente".
No
obstante, avanza que se está investigando y están cerca de llegar fármacos
nuevos que, "en lugar de tener un efecto anticolinérgico, tienen
una actividad relajante sobre la vejiga". Éstos, lo que hacen es"estimular
los receptores beta para que la vejiga tenga más capacidad y aguante más",
adelanta Espuña.
Por último, la experta del Hospital Clínic y ponente en la jornada organizada
por American Medical System aclara que "existen
mujeres que padecen los dos tipos de incontinencia", para las que hay
que observar cuál de ellas predomina y elegir un tratamiento u otro o, incluso,
ambos de manera combinada.